LA VERDADERA GENERACION YOUTUBE
La generación YouTube no es la que sugieren los sociólogos --adolescentes y adultos jóvenes, entre los 15 y los 25 años--. La verdadera es aquella en la que se encuentra mi hijo Gabriel, de siete años. Gabriel todavía ve televisión y va al cine, pero cada vez más se pasa el tiempo en YouTube. Tiene unos muñecos favoritos de Lego, los Bionicles; como de los Bionicles sólo se han hecho tres películas y no hay serie de televisión, un día Gabriel decidió que quería ver más y buscó en YouTube. Se encontró con una enorme cantidad de videos sobre los Bionicle. Lo interesante de estos videos es que casi todos han sido producidos en casa por niños y adolescentes tan fanáticos de los Bionicle como mi hijo; se puede ver a los muñequitos moverse con ese paso poco flexible de las momias, y también el piso de parkett y la alfombra y las plantas de la casa en que fue producido el video. A Gabriel no le importa; lo que quiere es saciar su sed de fanático, y para ello estos videos de aficionados son más que suficiente.
Gabriel ya me ha dicho que quiere una cámara de video para su cumpleaños. Hacer películas no intimida, parece divertido, y si las hacen chicos de su edad, ¿por qué no él? Así, no hay transición entre el goce de un producto y el deseo de crear ese mismo producto. Pienso en las similitudes con mi adolescencia temprana: yo leía novelas policiales a los once años y luego quise escribirlas y me puse a plagiar las tramas de Agatha Christie. He pensado más de una vez que quizás hay tantos escritores en el mundo porque no parece muy difícil imaginar una historia y sentarse a escribirla; otra cosa es dirigir una película, he pensado: se necesita cierto presupuesto, no todo es tan artesanal como la escritura. Y sin embargo, gracias a YouTube, mi hijo se entera que los niños que comienzan a filmar y algún día podrían convertirse en directores de cine, tienen una mirada más bien artesanal.
¿Habrá en el futuro tantos directores de cine como escritores? Seguro. De hecho, habrá más directores de cine que escritores. O mejor, habría que decir “directores que trabajen con la imagen fotográfica”. No está claro que el cine sea el medio preferido de la generación de mi hijo. Quizás YouTube los acostumbre a pensar que lo mejor es filmar cortos muy cortos. Quizás después de algunos años de YouTube una serie de media hora en la televisión parezca demasiado larga.
Muchos quizás. Lo único que sé: mientras nosotros todavía nos debatimos con algo de angustia entre si seguir leyendo libros en formato tradicional o pasarnos a un lector electrónico, mi hijo, que ha comenzado a leer libros en formato tradicional (que cuentan, por supuesto, relatos del mundo de los Bionicles), no tendrá ningún empacho en enrolarse en las filas de los lectores de libros electrónicos. Para ese entonces las novelas puede que tengan enlaces, dibujos y, de vez en cuando, imágenes en movimiento. La literatura no será lo que hoy es, y está bien que así sea.
7 Comments:
¿No es interesante que las nuevas generaciones, pareciera que ya vinieran con una especie de chips que le hace naturalmente aptos para manejar tecnologías que a nosotros nos ha costado entender y aprender?
Los blogs, creo, ya son una nueva forma de literatura, con contenidos múltiples, aunque creo que el libro todavía da para largo.
Bravo!!!!!
HOLA EDMUNDO. Hoy vi una entrevista en tv. luego fui rapidamente a ver en internet. y no. no he leido nada de lo que has escrito. perdón.
soy...vivo en España en una suerte de exilio voluntario. inmigrante, mujer, un doble desafío...
he visto que contestas a los comentarios. sos cercano y eso me gusta. escribe por favor.
ya lo hice
Vi tu entrevista en television española, muy buena, felicidades.
gracias por la buena onda, gevalher, patricia y álvaro. hola olga, contesto en la medida de lo posible, eso es lo lindo del blog, permite un contacto con los lectores, un diálogo... mucha suerte y ojalá el diálogo continúe...
¡¡Qué increíbles estos niños!! Pero así es. Esteban mira horas de videos de Les Luthiers por YouTube. Quizás este medio le ayude a conservar y fortalecer su sentido del humor... Coincido con Gevalher, el libro todavía da para largo... Por lo menos en casa bregamos para que así sea.. Saludos cordobeses, amigo.
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