RETÓRICA DE LA CONSTITUCIÓN
El narrador letrado de La virgen de los sicarios lo dijo con contundencia: “por sobre el llanto de los vivos y el silencio de los muertos, un tecleo obstinado de máquinas de escribir: era Colombia la oficiosa en su frenesí burocrático, su papeleo, su expedienteo, levantando actas de necropsias, de entradas y salidas, solícita, aplicada, diligente, con su alma irredenta de cagatinta”. Colombia es quizás el mejor ejemplo de un continente de leguleyos, muy dado a la retórica, en el que el papel todavía cuenta mucho y a un sustantivo no lo acompañan dos adjetivos cuando tres o cuatro podrían hacerlo mejor.
Bolivia, lamentablemente, no tiene a un Fernando Vallejo, al que la Constitución ilégitima de Evo Morales podría haber arrancado algunas de sus mejores páginas. Para comenzar, ¿qué diría el gramático de una Constitución de 411 artículos? Si la Constitución de un país-continente como los Estados Unidos consta de apenas un preámbulo, siete artículos y veintisiete enmiendas, ¿por qué la de un país tan pequeño como Bolivia no podría ser un modelo de concisión? ¿Necesitamos de verdad tanta palabrería? Se trata incluso de una cuestión práctica: ¿cómo podrá el ciudadano memorizar la Carta Magna del país? De hecho, la Constitución vigente, de 1967 y con reformas de 1994, consta de cuatro partes, y, a comparación de la de Evo, llega hasta a ser lacónica.
¿Y cómo se define al Estado en la Constitución de Evo? Como recordó hace algunos días M. A. Bastenier en El País, el Estado aquí es un “poder Unitario Social de Derecho Plurinacional Comunitario, Libre, Autonómico y Descentralizado, Independiente, Soberano, Democrático e Intercultural”. ¿Nos olvidamos de algo? En cuanto a la educación, ésta es “unitaria, pública, universal, democrática, participativa, comunitaria, descolonizadora y de calidad, intracultural, intercultural y plurilingüe, abierta, científica, técnica y tecnológica, productiva, territorial, teórica y práctica, liberadora y revolucionaria”.
Quizás sea mucho pedir, pero una Constitución debería ser no sólo un texto jurídico sino un hecho estético. Más allá de lo que dice, debería importar cómo lo dice. La Constitución debería ser un texto literario; algo digno de recordar y de citar. Algo, digamos, capaz de sacarle aplausos y no diatribas al narrador de La virgen de los sicarios.
7 Comments:
Hai Edmundo Paz Soldán. Creo que al hablar de la nueva Carta Magna de Bolivia comete el mismo error que comete semanalmente en La Razón (Bolivia) su par literario Manfredo Kempff Suárez, quien no guarda las proporciones racionales no sólo sobre el actual gobierno, sino sobre el proceso de la Asamblea Constituyente donde la oposición (Podemos) salió goleada.
Ambos escritores parecen calcados o como figuritas de una misma jerga vital: todo lo que haga la gestión de Evo Morales y demás aliados políticos está mal, muy mal.
Usted no parece tan diferente que el columnista que hace el trabajo sucio de La Razón, porque sus comentarios blogueros son tan insubstanciales como hueros.
¿Cómo puede decir tan gratuitamente que la actual Constitución es de Evo Morales y es ilegal?
Le recuerdo que la nueva Carta Magna de Bolivia fue escrita por 255 constituyentes y pasó la revisión en grande y en detalle con 10 fuerzas políticas tras alcanzar el 85 por ciento de consenso en las 21 comisiones.
También le aclaro que la nueva Carta Magna de Bolivia consta de 411 artículos y no de sólo 408 como anota en su post. Para delatar los enormes errores que comete en su post.
Otra cosilla. Si la Constitución de los EE UU, un país que tiene a los indígenas en reservas o cuasi los ha exterminado, consta de menos artículos, es porque no tiene la riqueza de nacionalidades como tiene Bolivia: hay por lo menos 36 naciones indígenas con sus propios saberes y sentires, sus propios idiomas y sus propios estatutos.
Otrosí, una constitución jamás puede ser comparado con un texto literario porque en esencia es un contrato social, una ley de leyes o un conjunto de principios que rayan la cancha para que los ciudadanos jueguen seriamente la democracia.
Creo que usted no sabe nada de Bolivia y no mira más allá de su nariz. No se haga al Vargas Llosa con un país que ha empezado a despertar de la pesadilla que dejaron 25 años de corrupción, de democracia pactada y de vilipendio de las grandes mayorías indígenas.
Escriba como literato, pero hágalo con sensatez y con precisión en lo que dice.
Por favor no nos arroje tanto barro y politiquería intelectual. Bolivia no es una moda literaria, ni un tic ni una frasesita bien escrita.
K.
Estimado K., no voy a entrar en polémica con usted, porque sé que no lo convenceré de nada. La lógica de los que apoyan al MAS es que el que critica es un enemigo. Así estamos como estamos. Si usted revisa mis artículos de los pasados dos años sobre Evo, verá que varias veces he elogiado sus políticas de inclusión social. En cuanto a la Constitución, usted tampoco me va a convencer. 255 constituyentes no son los dos tercios necesarios para cambiar una Carta Magna. Con este ejemplo, cualquier partido con simple mayoría podrá hacer lo que le da la gana con la Constitución, y poner el organigrama de su partido y no algo verdaderamente consensuado. Usted sabeque lo de las 10 fuerzas políticas y 85 por ciento de consenso es una burla; un verdadero consenso se alcanza con la oposición, no con fuerzas políticas mínimas. Gracias por la aclaración de los 408/411 artículos. Es tan larga esa constitución, me he debido saltar tres.
El ciudadano K. si entrará en polémica con usted porque sus críticas contra proceso de cambio democrático en Bolivia están infundadas.
La cuestión no es haber elogiado la política de Evo Morales en anteriores artículos.
El K. no trata de convencerlo sobre la nueva Carta Magna, sino de que precise los datos que ofrece a sus blogueros.
La nueva Carta Magna fue aprobada en detalle en la ciudad de Oruro por más de dos tercios de votos de los miembros presentes de la plenaraia de 9 de diciembre de 2007.
La oposición (Podemos) no estuvo presente por la falta de capacidad estratégica política y porque no le interesa en absoluto los principios de la nueva Constitución.
La mayoría absoluta en la Asamblea Constituyente la tenía el MAS y además con el apoyo de 10 fuerzas políticas, incluido 3 de Podemos. Cómo ve los consensos constitucionales existían antes del enfrentamiento en La Glorieta y éstos alcanzaban al 85 por ciento tras discusiones, plenarias y encuentros territoriales donde se recogieron 1600 propuestas que fueron sistematizadas en las 21 comisiones.
Hasta ese momento, la oposición (Podemos) se dedicó a boicotear el proceso constituyente, primero con los 2/3 (un mecanismo aprobado por anteriores gobierno para realizar pactos), después exigieron informes de minorías y mayorías en las 21 comisiones... hasta que llegó la piedra en el camino que constituyó el pedido de Rubén Darío Cuéllar de Capital Plena para Sucre que dejó en shock a la Constituyente y la dejó prácticamente secuestrada durante más de 3 meses en Sucre.
Hasta que se desencadenó su aprobación en grande en La Glorieta adonde los líderes chuquisaqueños (Nava, Barrón, Cava y Jesús) querían "inmolar" a los constituyentes porque habían decidido hacer cumplir el pedido de la mayoría de los bolivianos y bolivianas.
Eso es democracia.
Otrosí. En la ciudad de La Paz todo el mundo sabe que yo no soy masista, pero defenderé este proceso porque por primera vez defiende a las grandes mayorías.
K.
Lo único que puedo decir es que en las últimas encuestas el 49% de los bolivianos piensa que la Constitución del MAS es ilegal (el 39% a favor, el 12% no sabe/no contesta). En seis departamentos la visión de la ilegalidad es contundente, y espero que no diga una vez más que se trata de la "oligarquía" contra el "pueblo". Una Constitución tiene que nacer bien, no a la fuerza, en un cuartel. Todos estamos de acuerdo en defender a las grandes mayorías, pero eso no significa imponer criterios autoritariamente. Si no hay Consenso, pues significa que una nueva Consitución no está lista para nacer. De otro modo pasará como ahora: que medio país desconocerá la Carta Magna que debería representar a todos.
Hola Edmundo. Es bueno encontrar tu blog. Me gustaría comentarte que hemos creado el Colectivo Montoneros. Nos une el compromiso con el actual PROCESO DE CAMBIO (que, lo sabemos, va más allá de Evo y del MAS). Y por ello hemos decidido decirle SÍ al referéndum como mecanismo para que sea el pueblo (allende las encuestas) quien decida democráticamente si aprueba o no el nuevo texto constitucional. Si bien el proyecto de nueva CPE no es una delicia literaria (ni tiene por qué serlo), ni es concisa para "aprendérsela de memoria" (sic), expresa el resultado de un largo/difícil proceso de al menos 17 años. Y pese a la complicada forma en la que fue aprobada (la otra opción era enterrar la Asamblea como algunos pretendían), creo que la nueva CPE incluye, no sólo en el contenido sino en el proceso (que es fundamental), a las grandes mayorías siempre marginadas de la toma de decisiones en nuestro país. Con honestidad debemos reconocer que se trata de un sustancial avance. ¿No crees? Por ello, más allá de las formas, te invitamos a debatir los contenidos de la nueva CPE, que son tan explícitos y quizás ampulosos porque estamos en Bolivia, que está construyendo su núcleo plurinacional e intercultural, y no en Estados Unidos, que tiene un Presidente re-electo tan "lúcido" con Bush Jr.
Van saludos desde la FadoCracia
hola Exeni, gracias por la invitación. Digamos que "la complicada forma con la que fue aprobada" es un eufemismo, ¿no? Si el Goni o el Tuto hubieran hecho aprobar una Constitución en un cuartel militar, o si hubieran trasladado la sede a Santa Cruz, los bloqueos en La Paz durarían hasta ahora, ¿no? Pero es cierto que una nueva Constitución, bien hecha, debe incluir a las grandes mayorías; eso será siempre un avance sustancial. Ahora, no me queda claro si tu Sí es sólo al referéndum, o también a la nueva CPE, porque si ya has decidido votar por el SÍ a la nueva CPE, no sé si vale la pena debatir el tema.
saludos muy cordiales
edmundo
Para Exeni,
No es a través de la redacción de una nueva CPE, que las grandes mayorías siempre marginadas van a mejorar su nivel de vida, (en Bolivia nadie respeta las leyes) sino a través de la educación, e inversión en los sectores desfavorecidos.
La constitución del MAS es sólo para los indígenas, qué para los que no son indígenas, muchísima gente desposeída y sin oportunidades no son indígenas, quien vela por ellos, me parece que la palabra clave aquí es Justicia, la justicia no hace diferencias ni tampoco es racista.
Patricia.
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