Monday, April 14, 2008


SEMANA PIGLIA EN MADRID

La Semana Piglia organizada por Casa de América (desde hoy hasta el viernes) es una buena ocasión para renovar las lecturas que despierta la obra del escritor argentino. Estarán críticos (Speranza, Echevarría, Becerra, Masoliver Rodenas) y escritores (Pauls, De Santis, Figueras, Prado, Carrión, Vásquez, Villoro). Con la publicación de El lugar de Piglia, la antología de ensayos sobre la obra del escritor argentino que ha coordinado Jorge Carrión, se puede concluir con confianza: Piglia ya pertenece al canon (aunque, claro, esa palabrita huela a cosas decimonónicas, a literatura sacralizada en los archivos, y no tenga mucho que ver con la actualidad de los libros de Piglia). 

Habrá mesas sobre la novela paranoica, sobre la relación de Piglia con el cine, el cuento y los comics, y sobre la más importante contribución de Piglia a nuestra literatura: la idea de que se puede hacer crítica desde la ficción. Todos los que hemos leído Respiración artificial sabemos que la novela y el ensayo no tienen por qué estar reñidos. 

Así que, nos vemos esta tarde en Casa de América. 

Dos textos míos relacionados sobre Piglia: uno, ya que estamos con el tema de la novela paranoica, este párrafo de un artículo más largo: 

Otra versión del criptoanalista se puede encontrar en Respiración artificial (1980), la novela de Ricardo Piglia en la que hace su aparición tangencial Arocena, el censor del gobierno que lee las cartas de supuestos opositores en busca del “mensaje cifrado… debajo de lo escrito, encerrado entre las letras, como un discurso del que sólo pudieran oírse fragmentos, frases aisladas, palabras sueltas en un idioma incomprensible, a paritr del cual había que reconstruir el sentido”. Los criptoanalistas son, como Arocena, lectores paranoicos, gente que cree que los textos, las imágenes, el mundo se hallan sobresaturados de mensajes secretos a la espera de sus descifradores. “Toda información parece simple ruido hasta que uno descubre el código”, dice un personaje de Neal Stephenson –ese magnífico Pynchon para la generación cyberpunk— en su novela Snow Crash. Con la esperanza de descubrir el código, muchos criptoanalistas han terminado en el delirio, perdiendo sus facultades mentales: aparte de Friedman, el ejemplo más obvio es el inglés Albert Turing, quien, para desarticular Enigma --la poderosa máquina que los nazis utilizaban para cifrar sus mensajes--, terminó inventando el prototipo de la computadora. Si Piglia recuperara a Arocena para una futura novela, lo más probable sería encontrarlo recluido en un manicomio, buscando en las blancas paredes de su habitación los secretos de la escritura secreta. (El artículo completo se puede encontrar aquí).

Otro, una reseña de El último lector.


5 Comments:

At 1:42 PM , Blogger Unknown said...

Edmundo, muy generosos los comentarios que haces respecto a Piglia y Fogwill, tal vez valga la pena profundizarlos cuando estés en Buenos Aires, como sabes en Argentina todo es blanco o negro y en materia literaria hay mucho por discutir (aunque no se llegue a nada). Por lo menos, te vas a divertir. Otro asunto: te escribí a una dirección de Cornell, para pedirte algo para ADN. Si no te llegó, ¿me escribirías a mi correo? En caso de que no lo tengas, o no aparezca aquí, avísame vía blog. Y mMucha suerte y avanti!

 
At 1:59 PM , Blogger PG said...

Hola Edmundo,
A propósito de máquinas (y de blogs y de locuras a lo Turing), el otro día mencionabas algo de Nietzsche y su máquina de escribir. El tema me entusiasmó de tal modo que lo usé como excusa para echar mano sobre un montón de inquietudes personales y responderlas con una visita a las fuentes. En fin, anoté estos apuntes donde te menciono como protagonista... aunque en una situación al mismo tiempo amable pero injusta. Es decir, como el que motivó mi inquietud y, sin embargo, el único al que no le pregunté. Bueno, lo hago ahora.

Un saludo

 
At 2:06 PM , Blogger Edmundo Paz Soldán said...

hola pedro, muy bueno tu texto. Y excelente tu trabajo detectivesco. Yo me salté todos los pasos, los datos los saqué del libro de Kittler, efectivamente (pero no leí los otros textos, que son más recientes...)

 
At 7:32 PM , Anonymous Anonymous said...

This comment has been removed by the author.

 
At 12:26 PM , Blogger Julio Espinosa Guerra said...

Edmundo, sólo un abrazo y el buen gusto del encuentro el otro día en el Metro de Madrid. Y para estar comunicados, mi correo: julio@escueladeescritores.com
Julio Espinosa Guerra

 

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