HUGO CHÁVEZ Y EL INGLÉS
CANTV, la companía telefónica más importante de Venezuela, inició esta semana una campaña para defender el uso del español entre sus empleados. La compañía, comprada no hace mucho por el gobierno de Hugo Chávez, llama a esta campaña: “Dilo en castellano, dilo con orgullo”. En el comunicado del gobierno venezolano, se sugieren algunas palabras en español para evitar el uso tan frecuente de ciertas vocables en inglés: equipo, y no staff; patrocinador, y no sponsor; reunión, y no meeting; ratón, y no mouse; servidor, y no host; televentas, y no telemarketing.
Chávez ha hecho muchas cosas dignas de nuestros dictadores más pintorescos (el cambio de media hora, por ejemplo). En ese contexto, la política lingüística que quiere implantar es una medida coherente, a tono con su lucha contra el “imperialismo cultural” de los Estados Unidos (lo incoherente del populismo de Chávez es más bien la política económica hacia el gran imperio: Estados Unidos es el principal comprador de petróleo venezolano). De hecho, hace un buen tiempo –antes de la llegada del “pro-americano” Sarkozy--, los franceses intentaron, como parte de su política cultural, desterrar de habla cotidiana en Francia conceptos como weekend, OK, y boss.
Lo que Chávez parece no saber es que, simplemente, no se puede legislar el lenguaje de la gente. Las jerarquías –la Academia de la Lengua española, los diccionarios, los gobiernos-- pueden proponer todo lo que quieran, pero, a la corta y a la larga, es la calle la que dispone. Y la calle, en América Latina, recibe todos los días un bombardeo inmisericorde de palabras en inglés, y se apropia de las que necesita, de las que le suenan bien. Un escritor argentino radicado en España me dijo una vez, purista él, que su política con el lenguaje era muy fácil: si la palabra que iba a usar tenía un equivalente castellano, pues usaba la palabra en castellano. Por ello, usaba vaqueros en vez de jeans. Pero yo le dije que, para un latinoamericano, por más castellana que sonara la palabra, vaqueros era muy artificial, mientras que jeans era natural.
Si el tronco principal de un idioma es fuerte (y el del español lo es), las palabras de otros idiomas que se incorporan a éste lo reforzarán, lo enriquecerán. La fortaleza del inglés proviene en buena medida de la facilidad con que adaptó palabras de otros idiomas (debido, sobre todo, a que en Estados Unidos no hay una Academia de la Lengua que actúe como salvaguardia y se dedique a vigilar el ingreso de otras palabras al inglés, y tampoco hay un diccionario “oficial”). Hay que recordar que ya ha habido otros momentos en que los puristas de la lengua española se han jalado los pelos ante la invasión lingüística. Hacia fines del siglo XIX, la primacía cultural de Francia dotó al español de una gran cantidad de galicismos. El español no sólo sobrevivió a los galicismos, sino que los escritores modernistas, abanderados por Darío, fundaron la modernidad de la literatura latinoamericana gracias en buena parte a su admiración por las palabras y los ritmos internos de la lengua francesa.
Así que, suerte a Chávez con su propuesta. Mientras tanto, lo escribo en castellano y con orgullo: publicaré este texto en el periódico, pero también lo enviaré a mis amigos por email, lo colgaré en mi blog, y daré permiso a todos para que lo linkeen. Porque email y blog y linkear ya pertenecen al español, ¿o no?
9 Comments:
De paso, que decline bien en latín: hoy hablaba de que si Colombia realizara una incursión en Venezuela como la que supuestamente ha realizado en Ecuador, ello constituiría un casus bellis. Parece mentira que un militar de graduación no sepa que se tarta de casus belli. Se comienza por maltratrar al genitivo y se acaba apropiándose de un país. ¿O es que pensaba en casus belli's, con genitivo sajón? Entonces su cruzada contra el inglés le habría jugado una mala pasada.
Por acá dicen "mail" para correo electrónico, no "ímeil". Lo de "link" no termina de gustarme, pero "enlace" tampoco se parece al lo que uno quiere decir. Dicen "sorry" por "disculpa", porque "disculpa" suena muy formal. Pero "weekend"... ¡Qué feo!
estoy muy de acuerdo en esa afirmación que dice que la calle manda, que el uso del lenguaje es lo que prevalece; sin embargo, hay esfuerzos "oficiales" que son meritorios, sobre todo si se trata de lenguas que son o han sido desfavorecidas por una política contraria (no creo que sea el caso del español, o el castellano, que en mi opinión exhibe una potencia mundial similar al inglés, casi a la misma altura diría yo)... me estoy refiriendo a las lenguas autonómicas del Estado español, cómo no, el catalán, el euskera o el gallego... lenguas que sin los esfuerzos "oficiales" para su "normalización" a estas alturas seguramente ya se habrían extinguido, o casi...
Muchas gracias por este articulo. En esta mi ajetreada vida mes es dificil filtrar la inmesa cantidad de blogs, fotografias, comentarios y demas formas de comuninacion con que el facebook y el internet en general me bombardean. Sin embargo, se que en Rio Fugitivo siempre me espera una refrescante mirada al mundo que me permite entederlo mejor. Muy de acuerdo con todo lo escrito excepto aquello de linkear, es es un tipo de alglicismo que produce mas cacofonia que entendimiento.
Resulta destinado al fracaso cualquier intento de "decretar" el estancamiento de las culturas. Nos guste o no, el lenguaje, las manifestaciones culturales, las expresiones orales, etc. son dinámicas. Es cierto que el inglés es un idioma predominante pero cada vez se vuelve más internacional y menos "imperial". Vivimos una sociedad de la hiperinformación y donde los idiomas no son ausentes de influencias, sino pregunten a un americano común cuantas veces ha dicho "hola" o "amigo" sin pensarlo siquiera.
Muchas veces escuché decir que el uso de hoy (la calle) es la noma de mañana, sin embargo creo que es necesario poner ciertos límites, de lo contrario estaríamos ante una enorme confusión en el uso mismo. Por ejemplo en Méjico se usa el chilango, que para mucho puede resultar incomprensible. No está mal normar siempre y cuando se tenga sensibilidad y flexibilidad hacia los nuevos usos que la calle (y los corredores virtuales de comunicación) nos van arrojando.
Curioso:
Acá estamos pegaditos a los 'gringos' y jamás he escuchado meeting en lugar de reunión; el uso de staff es muy, muy reducido, y decir weekend luciría francamente ridículo.
En contraste, mail, blog, link (que no linkear, palabra útil pero poco afortunada como sus parientes googlear y bloguear) y las demás de ese campo semántico resultan tan naturales como si hubieran llegado al español desde el latín o el árabe. Quizá cuando en España o América latina seamos la vanguardia en materia tecnológica, nuestra fonética, ortografía, sintaxis, prosodia y demás fenómenos típicos del español los que imperen en el vocabulario corriente.
Por otro lado, la RAE permite acercarnos al español de un tiempo que no fue nuestro, permite que, luego de resguardar el llamado fondo pasivo del idioma, podamos leer a Cervantes, Góngora, Quevedo, Lope de Vega, etc., sin grandes dificultades; la suya no es una tarea policiaca, dictatorial ni cosa por el estilo.
Lo cierto es que si el uso extendido abraza el inglés, no habrá ley que lo impida.
Saludos de un güey chilango.
Felicidades a Paz Soldán por el blog, por sus cuentos, reseñas...
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El joven Borges decía que no le tenía miedo al lunfardo o al arrabalero porque no eran más que sinónimos. Él creía que eran simples riachuelos para ese oceano llamado castellano. Creo que aquí pasa lo mismo.
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