EL CINE DE WONG KAR-WAI
Hace algunos años, uno de mis alumnos de postgrado me preguntó si no quería ir a ver una película de Wong Kar-wai, Happy Together. El nombre del cineasta no me sonaba, pero me llamó la atención que la película transcurriera en Buenos Aires, así que acepté. Happy Together me gustó tanto que me quedé a ver la segunda película de la noche, también de Kar-wai: Angeles caídos. Ésta no sólo me gustó, sino que me fascinó. Comencé entonces a mencionar a quien pudiera el nombre de este cineasta nacido en Shanghai en 1958 y cuya familia emigró a Hong Kong cinco años después. Corría 1997 y pocos habían oído hablar de él, a pesar de que su primera película, As Tears Go By, había triunfado en la Semana de la Crítica de Cannes en 1989; era un gusto aparte ser uno de los escasos miembros del culto de Kar-wai. Incluso lo mencioné en una novela que publiqué el año 2000 (Sueños digitales), para darle a uno de mis personajes un toque cool.
Todo comenzó a cambiar ese mismo año, con el éxito de Deseando amar, la nueva película de Kar-wai. Su selección al Oscar al Mejor Film Extranjero terminó por consolidar al cineasta de Hong Kong como un director de primera línea, bien recibido por la crítica en todas partes y con un moderado éxito de público. Si yo hubiera sido un snob cultural de verdad, creo que ése habría sido el momento de marcharme como un amante despechado, en busca de otro culto más secreto (digamos, a esas alturas, el de Michael Winterbottom). No pude hacerlo, y esperé con paciencia durante cuatro años la llegada de 2046. No he sido defraudado. Sigo teniendo una debilidad especial por Angeles caídos, pero reconozco que 2046 funciona como una summa de toda la obra de Wong Kar-wai hasta ahora.
Es muy difícil resumir 2046. Aquí va un intento: Tony Leung, el actor fetiche de Kar-wai (ha estado en seis de sus ocho películas), interpreta a Cho Mo Wan, un escritor que regresa a Hong Kong después de vivir unos años en Singapur. Mo Wan se topa con una mujer de su pasado y al ir a buscarla a su hotel y no encontrarla, se queda en éste cuando descubre que el número de la habitación de esta mujer es el 2046. Ese número le recuerda a Su Lizhen, la mujer por la que se había ido de Hong Kong en primer lugar, en su inútil intento por olvidarla. Mo Wan se queda a vivir en la habitación 2047. Por su vida irán desfilando diferentes mujeres –la conocida Gong Li y varias bellezas del pop cantonés, como Faye Wong--, a las que es incapaz de amar, atrapado como está por el fantasma de Lizhen. Mientras tanto, para exorcizar su pasado, el escritor escribe una novela futurista titulada 2046, en la que un tren viaja hacia el año 2046, donde hay un hotel en el que se puede recuperar la memoria perdida. Nadie ha vuelto del futuro, excepto un japonés, que se ha enamorado allá de una androide incapaz, como Mo Wan, de expresar sus sentimientos en el momento adecuado.
Los que han visto Deseando amar notarán ciertas cosas familiares. 2046 es el número de la habitación donde se encontraban los amantes Tony Leung y Maggie Cheung. Leung, de hecho, interpreta al mismo personaje, aunque ahora el escritor de novelas de artes marciales se ha convertido en uno de ciencia ficción y se encuentra en una fase distinta de su vida. Hubo un momento en que ambas películas se estaban rodando al mismo tiempo, y en el que Kar-wai anunció que 2046 sería una continuación de Deseando amar. No lo es, aunque Kar-wai considera a ambas una sola película: “La película anterior trataba del deseo de tener un amor que no se consigue, por lo que allí hablaba del ‘antes’ de que sucediera nada. En 2046 hablo del ‘después’, de cómo se recuerda aquel vacío… Las dos películas describen movimientos de dirección opuesta. Deseando amar hablaba de la relación entre dos personas. 2046 trata de un hombre que está siempre como bailando con una sombra, quiere volver a encontrar a una mujer que se ha convertido en una imagen con la que compara a todas las que encuentra”.
Los grandes y proustianos temas de Kar-wai son familiares: el tiempo como una herida, la memoria como imaginación. Lo que impresiona es, como lo ha visto muy bien el crítico español Antonio Weinrichter, cómo Kar-wai logra unir en su estética cosas aparentemente dispares: personajes introspectivos, de gran calado romántico, casi anacrónicos en el cine que se hace hoy, en medio de una textura visual llena de luces y colores brillantes con muchos guiños al paradigma contemporáneo del video-clip. La música ocupa también un lugar central: muchos ritmos latinos (mambo, cha-cha-cha), Nat King Cole, fragmentos de óperas (Madame Butterfly, Tannhauser), y canciones de películas (Truffaut, Fassbinder). Toda esta música remite a Kar-wai a su propio paraíso perdido, aquel en el que ya ha ambientado tres películas, incluida 2046: el Hong Kong de los sesenta. Fue en esa década que el cineasta descubrió los leitmotifs de 2046: el cine, la ópera, la música latina. Fue también en esa década que descubrió la literatura latinoamericana, sobre todo dos autores: Puig y García Márquez. De ellos, Kar-wai ha dicho: “posiblemente mi forma de contar las películas sea culpa suya”.
“Así vamos, botes que reman contra la corriente, incesantemente arrastrados hacia el pasado”, escribió Scott Fitzgerald al final de El gran Gatsby. En 2046, Wong Kar-wai ha convertido el bote en un tren, pero el espíritu es el mismo: vamos hacia el futuro, pero en el fondo nos dirigimos hacia nuestro pasado. 2046 simboliza muchas cosas para el cineasta: “una especie de utopia”; “casi un paraíso perdido”; “el ahora”. Puestos a encontrar símbolos, también podemos pensar en uno político: 2046 es el año en que Hong Kong pasará definitivamente a ser parte de China.
7 Comments:
Hola Edmundo, un gusto tener en la blogosfera a mi colega rey de la superficialidad, si me entiendes y conoces a ese muchacho paisano tuyo que nos calificó asi, y si no te debo una explicación por esto. Bienvenido.
hola grillo, el gusto es mío. Me debes una explicación, no sé a qué y quién te refieres, pero en todo caso no me sorprende, me han llamado cosas peores en Bolivia, pero imagino que tú sabes bien cómo es nuestra idiosincracia. Un abrazo
encontre una direccion tuya cornell.edu espero que siga funcionando, te mande un mail explicandote, en todo caso tampoco es nada importante. Si no te llegó y te interesa mandame tu email, el mio esta en mi profile. Saludos de nuevo.
Gracias por postear en mi blog, man. WKW es un padre. Nada ue decir. 2046 es como Science Non Fiction. ¿Existorá esa definición? Quien sabe, quien puede saberlo. A propósito, El Delirio Turing podría ser definido así. Ciencia No-Ficción
Gracias a ti por la visita. Y felicidades por Se arrienda, me encantó, me sorprendió. Ahora tengo el compact todo el tiempo en el estereo. Creo que hay que crear nuevas categorías para estas creaciones híbridas, y Ciencia No ficción es un gran nombre. Abrazo
Sólo he visto Deseando y me ha encantado. Te aconsejo Dogville de Von Trier si todavía no la has visto. No tiene nada que ver, pero es igualmente hermosa.
Felicidades por hacer Río Fugitivo mío, la vuelta a la Cochabamba de mi imaginación...
un abrazo y espero verete en España algún momento.
felicidades por mundoalreves, sebastián
muy interesante tu blog, fadrique. Y sí, tú lo has dicho bien: en realidad Río Fugitivo es la Cochabamba de la imaginación que todos llevamos dentro...
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