ESTANBUL: EL ORIGEN DE LA MELANCOLÍA
Los que lean Estanbul (Mondadori, 2006), el nuevo y conmovedor libro de Orhan Pamuk, descubrirán que no se trata de una tradicional guía de viajes. No hay aquí mapas para orientarnos, tampoco detalles de la ciudad contemporánea. El subtítulo es más específico: Memorias y la ciudad. Estanbul es, entonces, un íntimo libro de aprendizaje en el que la ciudad ocupa un lugar preponderante: se trata de los primeros veinte años en la vida de Pamuk, y de cómo esta vida se halla inextricablemente entrelazada con su ciudad natal.
Pamuk escribe que Conrad, Nabokov y Naipaul son escritores que han sido capaces de migrar entre culturas, lenguajes, países, “incluso civilizaciones”. Las imaginaciones de estos escritores, estimuladas por el exilio, son opuestas a las de Pamuk, que necesita no sólo vivir en la misma ciudad sino, incluso, en el mismo edificio de cinco pisos en que vivía toda su familia cuando nació en 1952 (los abuelos en un piso, los tíos en otro, etc). Pamuk nos cuenta de su infancia en medio de una familia de clase alta en el barrio de Nisantasi, con un padre mujeriego muy dispuesto a gastar la fortuna acumulada por su padre y su abuelo, una madre recelosa de los extraños y que no entiende su vocación artística, y un hermano con el que debe competir por los afectos de la madre. Quienes han leído las novelas de Pamuk, El libro negro en particular, encontrarán aquí el material que les dio cuerpo.
La memoria visual del escritor es impresionante: si bien no hay muchos olores y sabores, sí hay detalles que le dan al libro una delicada textura, una atmosfera evocativa más propia de una novela: el mantel de la mesa donde su madre jugaba a las cartas es de color crema; las cortinas de la casa son de tul; en el letrero de una gasolinera Mobil que cubre todo un lado de un edificio de departamentos se halla un caballo alado que aparece en los sueños del niño Pamuk. Estas memorias se hallan reforzadas por más de doscientas fotos en blanco y negro de Estanbul; no es casual que estas fotos sean también en blanco y negro, pues esos son los colores que predominan en los recuerdos del escritor.
La palabra más usada en el libro es “melancolía”. Pamuk es un adolescente atraído por los crepúsculos. El alma de Estanbul se puede encontrar en el hüzüm, esa melancolía turca que es a la vez capaz tanto de negar como afirmar la vida. Si grandes escritores de Occidente como Flaubert y Nerval (y simples turistas) son atraídos por las bellezas y la opulencia de la ciudad, Pamuk prefiere adentrarse por esos barrios en ruinas que dan testimonio de la otrora gran capital del Imperio Otomano, que ha perdido su lugar relevante en el mapa mundial. La Turquía de Ataturk, la Turquía del niño Pamuk a mediados del siglo XX, es la de un país que ha vendido su alma en procura de lograr la ansiada modernidad bajo el modelo de la imitación de Europa.
El niño y el adolescente se descubren en un mundo de “hombres positivistas” en el que no hay lugar para la espiritualidad, el amor o la literatura. La falta de imaginación de este mundo lo hará refugiarse en un “segundo mundo”; ese “soñar despierto” lo llevará al arte, a la pintura. Al final de la adolescencia, Pamuk decide estudiar arquitectura y descubre un torturado primer amor que termina con los padres de su “Rosa Negra” mandándola a estudiar a un colegio privado en Suiza. Con la obsesiva desesperación de los enamorados con el corazón roto, Pamuk se encierra en una melancolía que lo lleva a caminar por la ciudad y explorar los barrios que no conocía. Aquí la experiencia personal se conecta con la historia de la ciudad: Estanbul se convertirá en un lugar melancólico para Pamuk porque la descubrió de verdad en ese desasosegado momento.
Después de esa experiencia, el estudiante universitario estará listo para dejar la pintura y la arquitectura y terminar el libro con una frase que encierra el descubrimiento de su verdadera vocación: “Voy a ser un escritor”.
6 Comments:
Estimado Edmundo:
Te escribo en relación a una idea que fué tomando cuerpo gracias entre otras cosas a tu sugerencia. Tengo casí listo mi libro Crónicas de A Pie (Evocaciones Paceñas)y esta vez tomo el ofrecimiento que me hicieras hace unos meses de poder escribir algo para el libro. Me gustaría y sería un honor, si lo aceptas, poder contar con un prologo al texto. A la editorial, le entusiasma la idea del libro y más aún de que tu puedas presentar algo. A mi en lo personal me alagaría y sería un orgullo tener las palabras de un boliviano, contemporáneo mío al cual admiro en mi libro.
A la fecha tengo que escribir unos 5 textos más y talvez descartar algunos, sin embargo la base está, es decir al menos el 70% del material que fue el que trabajé en el periódico en este año y medio saldría.
Si estas de acuerdo, podría enviarte un borrador por correo, obviamente respetaría sobre todo tus tiempos, ya que no tengo de momento apuro para la publicación.
Gracias de antemano por tu apoyo
Un abrazo cordial
Un lector paceño
PD: Espero leer pronto tu última novela
ganjartek
encantado de hacerlo
tendría tiempo a fines de enero
un abrazo
perroromántico, Río Fugitivo es mi libro sobre Cochabamba y mi iniciación en la literatura
Estimado Edmundo:
Muchas gracias, entonces estaría mandato el borrador por correo electrónico a fines de Enero. Agradeceré puedas hacerme llegar tu dirección
Gracias
Un abrazo
Paul Tellería
Paul, mi dirección
103 Second St.
Ithaca, Nueva York 14850
USA
perroromántico, me alegra que te haya gustado mi nueva novela. El próximo año Alfaguara publicará un libro de cuentos míos, La inquietud de las criaturas. No habrá nueva novela hasta el 2008 o 2009.
Post a Comment
Subscribe to Post Comments [Atom]
<< Home