LA BIBLIOTECA EN EL INTERNET
Hacia 1898, el escritor mexicano Amado Nervo sugería que las recientes invenciones del fonógrafo y el cinematógrafo producirían en el futuro un resultado contundente: "no más libros; el fonógrafo guardará en su urna oscura las viejas voces extinguidas; el cinematógrafo reproducirá las vidas prestigiosas..." El poeta aceptaba con resignado pragmatismo el destino de una sociedad sin libros, en la que los datos audiovisuales ya no tienen que ser codificados simbólicamente a través del alfabeto sino que son guardados a través de artefactos más adecuados para proteger sus ondas de luz y sonido.
Menciono a Nervo para recordar que es larga la tradición apocalíptica de pensar que las nuevas tecnologías terminarán por enterrar al libro y a la literatura. A principios del siglo XXI, el internet es el nuevo enemigo. Voces prestigiosas como las de Updike y Vargas Llosa se lamentan ante la aparición de este incierto paisaje. Lo que en verdad ocurre, sin embargo, es que los nuevos medios no dan fin con el libro o la literatura; lo que hacen es modificar una visión existente, enseñarnos nuevas formas de lectura y escritura. La relación entre el internet y la literatura es una de constante tensión creativa; ante el desafío que significa la presencia del nuevo medio, lo mejor que puede hacer la literatura es recoger el guante y redefinirse. Abroquelarse, recordar con nostalgia un pasado supuestamente mejor, no conduce a mucho.
Gracias al internet ya contamos con un nuevo género literario, el blog (todavía sin su Monsiváis o Lemebel, pero es cuestión de tiempo para ello). Existen varios proyectos en marcha –el Gutenberg, el Google Book Search-- para digitalizar colecciones enteras de las más importantes bibliotecas del mundo y crear así una suerte de biblioteca universal; gracias a estos proyectos, libros que antes eran inaccesibles al gran público, porque no habían vuelto a ser editados o se encontraban sólo en lugares como Oxford o la Complutense, han vuelto a la circulación (y también se han dado a conocer libros que se encuentran en el catálogo de editoriales pequeñas). No sólo eso: los hipervínculos de un proyecto como el de Google Book Search nos permiten encontrar rápidamente la página en la que se encuentra una referencia que buscamos desesperadamente en un libro en nuestra propia biblioteca.
Los defensores del libro impreso dicen que nada puede sustituir la experiencia de leer en ese medio tan tradicional como efectivo. Estoy de acuerdo, me gusta oler las páginas y me reconozco un fetichista de los libros. Que no se haya impuesto el libro electrónico, sin embargo, no significa que el libro impreso sea esencialmente superior; sólo significa que todavía no ha sido inventado un libro electrónico de calidad. El Reader de Sony es uno de los libros electrónicos de la nueva generación que pondrán pronto en jaque a los tradicionalistas; delgado y ligero, es capaz de guardar en su memoria hasta 7.500 páginas. Su tecnología de alta resolución y la ausencia de backlight hacen que la experiencia de su lectura sea muy parecida a la de un libro impreso. Gracias a su software, un lector puede descargar automáticamente al Reader libros recién publicados, blogs, periódicos, etc. Es inevitable: los avances tecnológicos harán que pronto tengamos en nuestras manos un libro electrónico capaz de almacenar nuestra biblioteca personal. Si no es el Reader, será otro. Así como ahora hay jóvenes que no entienden que alguna vez había gente que escribía a mano, seguro algún día habrá gente que no entenderá que alguna vez se leían, de uno en uno, libros impresos.
Hoy leemos más, pero leemos más fragmentariamente. Escribimos más, pero nuestra capacidad para escribir frases con una sintaxis compleja se va perdiendo sin prisa pero sin pausa. Podemos ponernos a llorar ante los cambios en nuestros hábitos de lectura y escritura, ante la desaparición de una idea de la literatura. O podemos celebrar el hecho de ser testigos de un cambio histórico: vivimos en ese interregno en el que una forma de entender la cultura no termina de morir, mientras que una nueva forma va apareciendo en el horizonte. Es más fácil ser nostálgico: sabemos lo que se pierde. Pero, quien sabe, quizás el futuro nos depare algo mejor que el pasado o el presente. Los que han leído muchos libros impresos en su vida deberían saber mejor que nadie que vale la pena aceptar la incertidumbre, el riesgo, el cambio.
5 Comments:
Lo de internet me parece que merece un poco de espera en cuanto a la manera en que definirá las nuevas formas de leer o escribir. Claro que sin duda siempre será bueno volver a tener un montón de hojas escritas en nuestras manos.
Saludos
Sobre los readers electronicos creo que no han tenido exito en si mismos, y dudo que lo tengan. En mi palm tungsten t3 puedo guardar mucho mas de 10.000 hojas (o lo que le quepa a una tarjeta de 1 GB), y creo que andar encima con tantos gadgets (celu, palm, ipod, etc) no motiva a cargar un reader. Leyendo en muchos foros de Palm, los palmeros son fanaticos de leer obras enteras en la sus PDA. Hace tiempo toque este tema en
http://la-casa-verde.blogspot.com/2005/02/les-paso-este-artculo-que-publique.html#comments
El libro muy dificilmente desaparecera, hoy se lee mucho mas que antes, aunque estoy de acuerdo contigo en que se lee de una manera fragmentada.
Saludos.
Estoy de acuerdo con sus sentimientos con respecto al futuro del libro impreso y la manera en que la poblacion de hoy lee en fragmentos. No obstante, ?piense ud hay otra funcion inestimable de esta manera de leer? En vez de solo leer las obras de Shakespeare, Dickens, etc, la gente de hoy puede sumergirse direcatmente en los testimonios de mucha gente de todas partes del mundo. Hay un valor grande en esta capacidad (aqui estoy leyendo su blog) y por eso creo que el futuro del libro y de leer es mas optimista que describe ud. Saludos.
Habrá un día cuando los libros ya no son publicados, pero yo no pienso que este día vendrá pronto. Como usted, muchos otros prefieren los libros impresos tradicionales a libros electrónicos. Usted lo indicó es un asunto de tiempo hasta que los libros electrónicos repliquen los libros impresos. ¿Mi pregunta es si hay una gran demanda en el mercado para este aparato? Esto determinará cuándo los libros impresos dejarán de ser publicados.
También, no sólo leemos y escribimos de forma distinta debido al Internet, pero nuestra memoria ha cambiado también. Ya no recordamos las cosas "triviales" como las direcciones, los números de teléfonos o los correos electrónicos. Muchos de los cerebros no reservan espacio para información y hechos que pueden ser buscados para en el Internet. Esto nos permite tener más espacio en los cerebros para funciones cognoscitivas más altas como la creatividad.
Edmundo, vos decís "Gracias al internet ya contamos con un nuevo género literario, el blog (...)" es el blog un nuevo género literario o es un soporte para escribir de otro modo??? Te he escrito un par de veces porque quería trabajar acerca de los blogs y la literatura pero es tan complejo el tema de "género"...buen, así las cosas con estas nuevas redes sociales que cuando aprendemos a utilizar una zas! ya llega otra no a suplantarla sino a mejorarla y asi el mundo vertiginoso.
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